Claudia

12 de octubre de 2009






Me dispuso arabesco en el césped
bajo un arco de ladrillos rojos
al sur

Esculpió con aire mi cabello como si de espinas como si de ella

Ajustó dos margaritas sobre los ojos
y disparó

Conservo el icono y el destello
sin volver a casa
la tiniebla





Mara en la horca







La nombra Mala pero desde esa noche ella se sabe Mara


La luna dictamina brumosa
estirpe


Una cuerda, junto al lecho, se balancea vertical
desde el anaquel más alto de la biblioteca





La cizaña, como el pan







I

Itinerancia:
luego la isla perdida
de sus libros útero
mortaja

San Cristóbal:
acaso el fin de un exilio
y
origen
de otro látigo



II

La cizaña, por partes iguales en la cena, como el pan


III

Único, Cerbero, sabe que no hay lugar
para las sombras en el muro
del estío

su floreciente
veneno



IV

Después
las fotos se partieron
en duelo germen



V


No excavan ya, sucumben, se alistan


VI


Unas letras en el sórdido banco
de Palermo
elegido
inútil institución


VII

Partida triste
estupor
sin animal

sin clave el paso ciego





Ajedrez

6 de octubre de 2009





Todo ocurre de cesión
en cesión
diminuendo
en tierras
su guirnalda nupcial

lame el azar un aceite de noche primera
idioma de lo otro -en secreto los pies tallados
en la alta siesta
de Cachemira

Así es
cuando el adversario ruge mudo

devora
el
juego
de tu magma

elige el alfil
redondo
nocturno

y casi en tablas
delinco
como se debe




Notre Dame de Paris

5 de octubre de 2009





En antiguo
tiempo
hoy mil noches y una
me nombra un mezquino
lloro:

Dios mío

cuánto deseo reposar alguna vez
sobre mi giba




Sello real

4 de octubre de 2009





Sucio exhausto impune
al corazón

el sello real.


Aquella noche
de seis lunas
negoció con Nadir.


Cerca
un perro lejano,
su lloro inaudible.


Luego
brillarían los siete cuchillos

y asestaron.









Copyright Patricia Damiano, 2008